“Chinito” Sánchez, un rebelde sin corona
Pedro –El Chinito- Sánchez fue un ídolo dentro del ring, pero en las oficinas donde se decidían los grandes negocios del boxeo era una figura que significaba problema.
Sánchez, de guardia zurda y con golpeos en ráfagas, fue el boxeador más vistoso de su época y admirado por el público que lo añoró desde sus años de niño en los torneos infantiles distritales y en 1983 se colgó una medalla de bronce en el Campeonato Mundial Juvenil que se escenificó en el país con más de 100 países de los cinco continentes, entre otros logros que no impidieron una carrera profesional llena de tropiezos, zancadillas y obstáculos que le impidieron incluso, pelear por la faja mundial.
“Yo reconozco que fallé, no escuchaba a nadie, nunca tuve una gente que me hablara y me condujera mejor en mi carrera profesional”, se arrepiente el exdoble campeón nacional. “Claro, a mí se me trató de dañar la carrera porque tenía grandes diferencias con (Ramón) Pina Acevedo y ahí nació mi desgracia”.
Hablando desde Nueva York con reporteros de LISTIN DIARIO mediante el chat internacional “Amigos del Boxeo”, el doble rey dominicano, de las 140 y 147 libras, explicó que las diferencias con el fenecido excomisionado Pina Acevedo consistían en que entendía que el jurista del área penal manejaba dictatorialmente el boxeo local y no ayudaba a sus compatriotas y si te llamaba a plantearte negocios de boxeo eran bagatelas y si lo rechazaba: “Pobre de ti, pero yo no aceptaba esas cosas porque yo estaba firmado por Don King y tenía instrucciones de no aceptar nada que me propusiera ese señor”.
No hay comentarios.